Amaneceres inmóviles,
eres tan dulce que me falta el aire y la saliva
te pierdes en ti dando vueltas concéntricas
amo la espesura de tu cuerpo
la fisura rajando mi corazón vena contra vena
amo que me acunas como un bebé indefenso
aunque tengas mucho más miedo que yo
quiero compartir contigo
el día y la noche, la vida y la muerte
y por desgracia nuestra tendencia al delirio
y a la autodestrucción de los sueños